lunes, 8 de octubre de 2007

CHO OYU 2007.


Cronica Cho Oyu. En la foto de cumbre se ve el Everest al fondo. Katmadu, 7 de octubre de 2007.

Cuando se emprende un viaje se prepara el corazon para la sorpresa

Y sin embargo lo esperamos siempre. La decision de ir a escalar la sexta montana mas alta del planeta fue una decision rapida pero bien meditada. Por un lado el Cho Oyu fue la primera montana que intente subir en el 2001. El extreno en el Himalaya y, seguramente por eso, el comienzo de la pasion por estos lugares salvajes e inmensos.
El pos-monzon la fecha elegida porque ya estuve en primavera y segun las ultimas referencias podria ser mas rapido y factible despues de las nieves del verano. Generalmente nos movemos por estadisticas que se alimentan asi mismas y estas nos decian que es el mejor momento y la mejor epoca.

La aproximacion:
No nos sorprendio la perdida de varios dias a la llegada. Por mucha prisa que tengamos, aqui las cosas tienen su ritmo y sus circunstancias, y te adaptas a ellas o no llegas. Tardamos 10 dias en llegar al compo base. Pero llegamos bien aclimados, lo que nos permitio empezar la siguiente fase con rapidez.

La aclimatacion:
Tanto la subida al Alpamayo como esta expedicion han puesto de manifiesto la rapidez y eficacia con la que afrontamos las primeras fases de la aclimatacion. Algo vital para resolver a la menor oportunidad la ascension. Despues de llegar al campo base tardamos 4 dias en colocarnos a 7.100 metros, en el C2 y tener instalados el C1 y C2 para el ataque a cumbre. Si no hubiese ocurrido lo que siempre puede ocurrir, la montana dijo aqui estoy yo.

La ventisca:
Despues de bajar del C2 euforicos porque, con dos dias de descanso nos ibamos para cumbre, se desato una tormenta desde el mismo dia de bajada que duro diez dias. Una de las peores consecuencias es vivir todos esos dias encerrado en una tienda de campaña en un glaciar, dia y noche igual. Las informacines que nos llegaron hablaban de que habian volado o sepultado en la nieve muchas tiendas en los campos de altura. Asi fue como perdimos todo el trabajo que habiamos hecho y volvimos a hacer de nuevo. Aunque mas rapido.

La ascension:
Con la ayuda de nuestro porteador Nimba, montamos de forma continuada el campo 1, al dia siguente el campo 2 y al dia siguiente el C3. Situado a 7.600 metros al pie de la primera franja rocosa. El invierno empieza a instalarse en la montaña y cada dia se nota como bajan las temperaturas. Es lo mas peligroso y con lo que hay que tener mas cuidado. Para Jose Baena es su estreno de dormir (o intentarlo) a esta altura que nos situa a poco mas de 600 metros de la cumbre, pero con dos grandes inconvenientes : el frio extremo y el viento, que en combinacion puede resultar fatal. En nuestra memoria estan los dedos negros y las congelaciones de la semana anterior, cuando varios companeros que consiguieron la cumbre, esta, les costo muy cara.
El momento de salir del saco a las 3 de la mañana para una cumbre siempre es parecido. Pero para enfrentarse a un ochomil despues de estar oyendo toda la noche como soplaba el viento requiere de toda nuestra fuerza de voluntad como nunca. Despues de beber un poco de te, salimos a enfrentarnos con la oscuridad. Solo a lo lejos, hacia arriba se divisan algunos frontales que salieron antes que nosotros. El viento sopla y hay que entrar en calor lo antes posible. Jose Baena apenas puede aguantar ya el dolor de los dedos castigado por el frio, seguramente la desidratacion continuada de varios dias y la escasa calidad de las manoplas fueron decisivas para tomar la decision (siempre acertada) de retirarse. En ese momento me acorde de nuestro amigo Argimiro y sus excelentes manoplas de plumas que me subieron al Broad y me permiten seguir con los dedos vivos.
La franja rocosa tiene 10 metros de escalada casi vertical ayudada por cuerdas fijas ya instaladas por expediciones comerciales. Da igual, a las 5 de la mañana, en un muro de roca y hielo vertical, sin ver mas alla de tu frontal, se te sale el corazon por la boca y hay que medir mucho los movimientos. Una vez superado este, varias palas de nieve vertical seguidas de varios tramos mas pequeños de roca nos situan en la zona de los escalones. Esta zona es donde al viento gira alrededor del gran hongo somital formando un circulo de viento (visera) que supone muchos kilometros por hora por encima de los 8000 metros. Quizas 80 km por hora y 40 grados bajo cero en rafagas continuadas. Estaba amaneciendo pero el sol tardara en dar y el dolor en los dedos de los pies me hace pensar en dejarlo. A las dos horas ya pensaba que, aunque me retirara ya perderia algo de los pies, porque nunca habia llegado a ese extremo que sobrepasa el dolor y ya no los sientes. En ese momento y viendo como el sol daba en el hongo somital, pense, razonando macrabamaente, que si de todas formas perdia algo, mejor hacerlo con la cumbre que habia ido a buscar, y recorde las palabras y la imagen de Charo Madueño en el Aconcagua de 2003, cuando todo parecia estar en contra de que pudiera hacer cumbre : "si hemos venido hasta aqui es para algo", y ese algo es subir. Afortunadamente al llegar a la planicie (superior a 6 o 7 estadios del Arcangel) que da acceso a la cima, el sol empezo a dar en los pies y el viendo disminuyo considerablemente. Empezaba a sentirlos lentamente y comprendi como nunca sabemos donde esta nuestro verdadero limite. Tremendamente agotado tarde una hora en llegar al lugar donde se ve el Everest y el Lhotse, unica referencia para todos los alpinistas en el Cho Oyu de que se ha llegado al punto mas alto. Las fotos minimas porque no se podia estar sin la manoplas muchos segundos, y la bandera de la Capitalidad en la cima. El agradecimiento al Ayuntamiento de Cordoba y todas las empresas que nos han ayudado, y a todas las personas y amigos que siguen apoyandonos y creyendo en nosotros.

Dedicatoria
A Charo Madueño, como ejemplo de lucha y tenacidad para conseguir algo en lo que se cree y que nos supone una pasion y, como dijo Bertor Brech, aquellos imprescindibles que luchan toda la vida.

WEB Oficial MountEverest.net.
Publicacion 20 minutos.

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