jueves, 29 de mayo de 2008

Atencion.¡Regreso!


Katmandú, 29 de mayo de 2008

La carpeta número 51, de color sepia y cosida con una simple cuerda, de tres centímetros de grosor. El funcionario la maneja junto a otras carpetas similares en un montón sobre la mesa.

La carpeta 51 tiene escrito a rotulador: “Córdoba Everest / spring 2008”.

Por fin, después de firmar varios documentos, en la zona de “lider expedition” para los certificados de mis compañeros y el final de la expedición, el funcionario del Ministerio de Turismo me da la mano y un “congratulations” para despedirme, “Dhan-ya-vaad”, le respondo.


En la calle la muchedumbre se aglutina alrededor de las puertas del Palacio Real. El nuevo gobierno nepalí ha declarado la república y le ha dado a la familia real 15 días para salir del país. En el Hotel Vaishali, en pleno Thamel (centro turístico de la capital) donde nos alojamos, la ayudante de Elizabeth Hawley (la notaria del Himalaya), Billy, nos hace la encuesta de rigor entre risas y alegrías por el formidable éxito de la expedición, 7 de 7, 100% ( y sin congelaciones), no se puede pedir más.
Esta es una fecha muy señalada sin duda, sabemos incluso que es histórica en muchos sentidos y nos sentimos protagonistas del momento que nos ha tocado vivir. Sin embargo toda mi emoción se centra hoy en una sola llamada. Subo a mi habitación y conecto el teléfono satélite y marco. Hoy es 29 de mayo, una fecha importante, es el cumpleaños de mi hija Clara.

Pepe y yo caemos en la cuenta, llevamos 66 días fuera.

El Everest no es gratis.

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